La disfunción eréctil (DE) es un trastorno médico por el que un hombre tiene dificultades para lograr o mantener una erección adecuada para mantener relaciones sexuales. Puede deberse a diversos factores, como problemas de salud física, elecciones de estilo de vida, factores psicológicos y determinados medicamentos.
Varios cambios en el estilo de vida pueden mejorar significativamente la disfunción eréctil. Por ejemplo, mantener una dieta sana, hacer ejercicio con regularidad, limitar el consumo de alcohol y dejar de fumar.
Las investigaciones han demostrado que existe una estrecha relación entre el sedentarismo y la disfunción eréctil. Las actividades físicas regulares, como correr, nadar y otras formas de ejercicios aeróbicos, pueden ayudar a mejorar el flujo sanguíneo, reduciendo así la probabilidad de padecer disfunción eréctil.
Según el Estudio sobre el Envejecimiento Masculino de Massachusetts, una dieta rica en alimentos naturales como frutas, verduras, cereales integrales y pescado, y con menos carnes rojas y procesadas, puede mejorar significativamente los síntomas de la disfunción eréctil. Una dieta de este tipo no sólo es buena para el corazón, sino que también mejora el flujo sanguíneo, incluso hacia el pene.
Mantener un peso corporal saludable puede influir positivamente en el control de la disfunción eréctil. El exceso de peso, sobre todo en la cintura, puede provocar o agravar la disfunción eréctil al afectar al flujo sanguíneo y a los niveles hormonales.
El tabaquismo es un factor de riesgo bien conocido de la disfunción eréctil, ya que puede dañar los vasos sanguíneos y limitar el flujo sanguíneo al pene.
Dejar de fumar es muy recomendable para mejorar los síntomas de la disfunción eréctil.
El consumo excesivo de alcohol puede provocar disfunción eréctil. Limitando o dejando de consumir alcohol, se puede mitigar el riesgo de disfunción eréctil.
Ciertos suplementos dietéticos, como el yohimbe, el Panax ginseng y la maca, pueden ayudar a mejorar las erecciones. Una revisión de 2020 destacó estos suplementos como beneficiosos para la función eréctil.
El estrés, la ansiedad y la depresión son algunos de los factores psicológicos y emocionales que pueden provocar disfunción eréctil. En estos casos, consultar a un psicólogo o consejero puede ser beneficioso. La terapia puede ayudar a abordar estos problemas subyacentes y mejorar la disfunción eréctil.
La comunicación abierta y sincera con su pareja sobre la disfunción eréctil puede ayudar a reducir el estrés y mejorar su vida sexual. Puede fomentar la comprensión, la intimidad y, en última instancia, ayudar a controlar la disfunción eréctil.
Algunos medicamentos pueden provocar disfunción eréctil como efecto secundario. Si sospecha que su medicación actual puede estar causando disfunción eréctil, coméntelo con su médico. Puede haber medicamentos alternativos que no tengan este efecto secundario.
Cuando los cambios en el estilo de vida no son suficientes, puede ser necesario un tratamiento médico. Los principales tratamientos de la disfunción eréctil son los medicamentos que aumentan el flujo sanguíneo al pene, como los inhibidores de la PDE-5 (sildenafilo, Levitra, Cialis). Otras opciones son las inyecciones en el pene, el MUSE (sistema uretral medicado para la erección), los dispositivos de erección al vacío, los implantes quirúrgicos y el tratamiento sustitutivo con testosterona. Si estos tratamientos no son eficaces, o no se prefieren, también existen alternativas de tratamiento natural. Recuerde que la consulta con un profesional sanitario es esencial a la hora de considerar estas opciones.